domingo, 27 de enero de 2008

Jeremy, pt I


Qué increíble sensación otra vez. Bendito youtube. No había yo visto la versión completa del video de esta canción.

Originalmente (lo acabo de consultar en superbendita wikipedia) el video no mostraba al escuincle poniéndose la pistola en la boca, por consiguiente cuando se veía la siguiente escena de niños sorprendidos y ensangrentados, yo pensaba que el escuincle había matado a sus compañeros... ¡Pero no! Resulta que el wey sacó la pistola, se la metió a la boca después de aventarle a la maestra su manzana para que no reaccionara y ¡mócales! que se pega un tiro el estúpido escuincle. Los alumnos estaban escurridos de salpicaduras de la sangre de la cabeza del Jeremy mentado...

Caracoles...

Y yo que iba a platicar sobre la marca generacional que la canción me ha dejado grabada para siempre y de plano ya el video sin censura me quitó la inspiración. Estoy todo anonadado.

En fin... Luego vengo a terminar de explicar lo que esta canción significa. Dejo una petición de favor: ¿alguien sabe cómo pegar un video de youtube en mis posts de aquí del blogspot? Se los agradecería mucho y le daría un poco más de sensación de propósito cumplido a cada entrada. ¿Les encargo? Gracias...

miércoles, 2 de enero de 2008

Nuestra fe

El material de Soda Stereo que menos gustó en mi país fue Dynamo, a mi gusto el mejor de todos los discos del grupo. Un disco que en su producción ecléctica y asincrónica se transforma en una colección de atemporales instantes.


Recuerdo que lo compré sin pensar y sin siquiera haber escuchado cuando menos algún sencillo, para lo cual de todos modos no había la más mínima posibilidad debido a mi necia reticencia a escuchar la radio. De ahí que mi primera sorpresa viniera no con el sonido del álbum sino con el arte de la carátula del mismo. Ya la carátula insulsa del disco anterior me había dejado con un mal sabor de boca debido a su falta de detalles, y ahora ésta era todo lo contrario: Estaba doblada en 10 caras escritas con los créditos, doce letras de canciones y fotografías indeciblemente ricas y a la vez carentes de significado. Zeta Bosio estaba pelón y rodeado de tijeras para cortar papel, Cerati era todo un corazón con su fondo rojo y rodeado de estrellas, y Charly Alberti estaba inmisericordemente circundado por balones de soccer, basketball y etcétera. Todo el arte gráfico simplemente parecía un largo etcétera...

Confieso: el disco me entró a base de escuchadas forzosas. Mi primera impresión fue de total y absoluto desagrado. Creo, incluso, que después de la primera o segunda escuchada, lo dejé olvidado por algunas semanas. Después, lo volví a escuchar y le fui agarrando un gusto muy particular. Tenía un sonido demasiado denso, excesivamente indigerible y definitivamente sobrado, sin embargo, pronto me di cuenta de que esa era la intención. Todo el disco era un experimento, un largo etcétera para el cual la carátula era sólo una mera introducción. Canciones sin forma y sin estructura en apariencia, aunque obviamente planeadas, llevadas y guiadas hacia la atmósfera que al final crean.

"Nuestra fe" es la canción más larga, quizás hasta la más inconsecuente para el escucha ordinario. Para mí, un logro de la mente y del corazón en dinámica armónica. El bajo aburridamente igual durante toda la introducción, primer y segundo versos y coros, siempre en el mismo tono, siempre en la misma figura. La armonía la producen los sintetizadores que comienzan siempre con una escala que en apariencia terminará en menor pero engaña para caer en un tono que te lleva volando. Un sonido como robótico que no redunda en nada y que no concluye la armonía, simplemente te deja ahí, con ese sentimiento de que algo falta. Y de repente, comienza Cerati a cantar con la más sensual de sus voces "bajo esta piel que estoy mudando, encendí un amanecer que no para de crecer". Maldita canción, parece que hacía muchísimo calor cuando la estaban escribiendo y justamente sigue así "y con el sol de abril y sin saber por qué estoy sudando en nuestra fe... que no para de crecer". Encima de todo, el bajo sigue igual y todo parece tan tedioso, pero el calor no para porque la armonía va relamiendo un in-crescendo "que no para de crecer". Acaba el primer o segundo verso-coro y la guitarra entra furiosa sobre el fondo interminablemente monótono del bajo y su figurita inmersa en líquidos corporales. Hasta que Cerati confiesa en silencio: "tengo aquí el cristal en mis manos, ya soy todo un corazón que no para de crecer". Y justo ahí -justo ahí- la armonía cambia al fin con los tonos del bajo que sigue en la misma figura pero llevándonos por otra gama, y con el solo de guitarra que está siendo acompañado por la voz en murmullos que más parecen gemidos controlados. Suenan árabes, pero no lo son, más bien son como latinos entrelazados. Y de repente... silencio... La armonía se calla, todo se engancha para dar pie a una especie de solo inocuo de guitarra flamenca sin flamenco y sin arpegio, como requinto pero mejor que eso y una perdida trompeta setentera. Hasta que al fin llega la conclusión de dos minutos que no dice otra cosa que lo mismo "que no para de crecer, que no para de crecer, el poder de nuestra fe...", y al final todo queda en nada, todo el increscendo que se había formado vuelve al lugar de donde había venido, las percusiones incansables y el bajo monótono de antes y después del orgasmo. Si esto no es amor sexual, yo no sé lo que es...

Nuestra Fe (click aquí)
Soda Stereo


Bajo esta piel
Que estoy mudando
Encendi un amanecer
Que no para de crecer
Que no para de crecer

Con el sol de Abril
Y sin saber por que
Estoy sudando en nuestra fe
Que no para de crecer
Que no para de crecer

Tengo aqui el cristal
En mis manos
Ya soy todo un corazon
Que no para de crecer
Que no para de crecer